miércoles, agosto 22, 2007

Cuentos de miedos

"BSO El Jardinero fiel - Kothbiro"

A Fabio le fascinaban las culturas latinoamericanas… todas esas gentes de tez oscura y glabra, esos ojos rasgados como robados de los orientales, con esos pies anchos y dedos separados como para agarrar la tierra a sus pasos descalzos y firmes... le atraían esas culturas venidas de la selva, de la naturaleza... y con un conocimiento tan profundo de la Pacha Mama...

Fabio pasaba las horas leyendo y viendo documentales sobre el tema, sobre la historia de esas culturas, sobre cómo llegaron sus propios antecesores a minar poco a poco sus culturas... y no tan poco a poco... a contaminar sus creencias... a expoliar sus tierras...

Fabio siempre soñaba con poder conocer esos pueblos de primera mano, con sus propios ojos... y poder hablar con esas gentes, y olfatear sus aromas y saborear sus comidas... paladear sus variadas frutas y observar sus ricos colores...

Fabio desearía poder mirar a esas gentes y observar el brillo de sus ojos... ver esos chibolos correteando descalzos y sucios por las calles, ignorantes del caos de las ciudades occidentales, disfrutando de ese balón de trapo carente de forma...

A Fabio le encantaría comprobar por sí mismo esa educación que tienen esas gentes, ese respeto por las personas que les rodean, superior al que puedan tener los vecinos de cualquier barrio europeo... comprobar que las familias que menos tienen son las que más te dan... poder convivir con ellos y poder palpar sus costumbres... Fabio sería feliz si pudiera viajar a América latina...

Fabio paseaba a diario por su calle hasta el parque... era el único recorrido que hacía, y siempre en compañía de su buen amigo Cirilo y de su hermano Iván.
Fabio se sentía morir al verse solo, sentía como miles de ojos acuchillándole el cuerpo... una fuerza extraña que le invadía el esqueleto haciéndole perder el equilibrio, como si el suelo se moviera a su paso... como si la gravedad cambiara a su libre albedrío en su caminar en soledad… necesitaba sentirse y verse acompañado…

Fabio soñaba con viajar a conocer a esas gentes… esos pueblos… esas costumbres, pero sabía que con sus 47 años ya no sería capaz de superar su problema… de matar sus miedos… de vivir sus sueños…

1 comentario:

Anónimo dijo...

Buenas, ya veo que nadie se anima... No voy a comentar el cuento -Davis ya conoce mi opinión-, pero me pregunto si es casualidad que lo cuelgues justo cuando un terremoto ha estremecido todo el Perú... a lo mejor no tiene nada que ver. En cualquier caso, espero que el país esté un poquito mejor -lo cual, ya antes del terremoto, no era nada fácil-, y Davis y cia. especialmente -seguro que sí-, y a los mochileros, ¿qué os pasa? ¿que se os acaba el verano y las vacaciones? pues mira, yo no tengo nostalgia porque aún no las he empezado... Muchos besos y abrazos y achuchones para todos.